Un niño salvaje, felino o feral, es una persona que ha estado apartada de la sociedad durante un largo período de su infancia. Esta categoría incluye desde personas que no han tenido ningún contacto humano durante años hasta niños que han sido encontrados en sitios donde solamente se les alimentaba sin recibir ningún tipo de educación ni cuidados. Se han conocido pocos casos pero han sido muy estudiados por su interés psicológico, médico y lingüístico.
Ocasionalmente se han encontrado niños que han podido sobrevivir solos en la naturaleza.Filósofos como Rousseau y Kant suponían ya la existencia de personas así. La razón del interés por este fenómeno es la consideración de la naturaleza humana como buena por naturaleza, lo que haría aparecer a estos niños como una prueba de ello, de modo similar a la consideración del hombre primitivo o el estado de los pueblos no civilizados como ejemplos de buen salvaje.
Cuanto más temprano es el aislamiento y más tardío su hallazgo, más difícil es integrar a estas personas en la sociedad. Por este nulo contacto con otros seres humanos y por el trato vejatorio que sufren en ocasiones, su educación es demasiado compleja y a menudo frustrante para los profesionales que se ocupan de su reinserción y para los tutores que las acogen. Suelen pasar de un hogar adoptivo a otro y es frecuente que mueran jóvenes.
Desafortunadamente en otros casos los seres humanos son los responsables directos del aislamiento. Una deficiencia intelectual severa de los padres o su inhabilidad física pueden hacer que no se ocupen de sus hijos, aunque a veces los padres o tutores de estos niños no parecen tener ningún tipo de retraso. Un caso bastante conocido es el de Karpar Hauser, un adolescente (probablemente de 16 años) que apareció en Núremberg (Alemania) en 1828, mostrando una conducta extraña y lenguaje muy limitado. Estudiado, estimaron que la causa más probable de su estado era que hubiera vivido recluido y sin apenas trato social quizá desde su nacimiento.
Se conocen casos de niños criados presuntamente por animales, sobre todo por lobos, aunque también por osos, monos o gacelas.
La literatura, da muchas referencias a este fenómeno, hasta tal punto que puede considerarse similar al del niño que sobrevive a un abandono para afrontar un destino heroico (Moisés o Edipo). Especialmente criados por animales son Endiku (en la Epopeya de Gilgamesh) y Rómulo y Remo (amamantados por una loba, según el mito de la antigua Roma). En el siglo XIX, aplicando ya los criterios ilustrados de el buen salvaje de la época, Rudyard Kipling creó el personaje de Mowgli en El libro de la Selva (1894). En 1912 Edgar Rice creó Tarzán.
María Del Pilar Molina Contreras.
María Tello Galán.
Gracias por la información :)
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