jueves, 27 de marzo de 2014

Herencia y ambiente en la formación de la personalidad

Nuestra personalidad se ve influida tanto por la herencia genética como por el ambiente. Si bien no existe acuerdo unánime sobre qué factor influye en mayor medida.  
La influencia ambiental permite que los rasgos genéticos se expresen y recoge, entre otros, los siguientes factores:
  • Cultura: La cultura determina el modo en que las personas organizan sus vidas y por tanto, influye en gran medida en la personalidad de los individuos. De acuerdo a ella se adquieren distintos valores y normas sociales.
  • Familia: Es uno de los principales condicionantes de la personalidad, puesto que los padres intentan inculcar a sus hijos determinados valores contribuyendo a desarrollar ciertos rasgos de la personalidad.
  • Pertenencia a un grupo: el primer grupo al que pertenece una persona es a la familia, pero a lo largo de su vida forma parte de muchos de ellos que contribuyen a la formación de su personalidad.
  • Situación: Determinadas vivencias pueden modificar el tipo de personalidad.
 En cuanto a la génetica, está relacionada, entre otras cosas, con comportamientos violentos y el alcoholismo, es decir, que de acuerdo a los genes que posee una persona puede tener mayor disposición a comportarse de manera violenta o a desarrollar dependencia al alcohol.
  Se han realizado experimentos con gemelos univitelinos que permiten deducir la importancia de los genes y del ambiente en el desarrollo de la personalidad. Estos consistían en estudiar las variaciones entre dos gemelos ,que por ser univitelinos poseen la misma información genética, al criarse en ambientes distintos. Se pudo observar que las diferencias en el modo de vida conllevaban una distinta interpretación de los genes, dando lugar a individuos con personalidades diferentes.
De este modo, se deduce que la personalidad se ve influida tanto por la genética como por las condiciones externas, es decir, el ambiente.


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