Niños salvajes. El caso de la “niña pollo”, de Portugal.
Existen muchísimos casos a lo largo de la historia en la que los
niños son abandonados por diferentes motivos y conviven durante muchos
años con animales. En esta convivencia adoptan las costumbres de vida de
dichos animales, desapareciendo prácticamente por completo los rasgos o
características típicas de los humanos. Se mueven como ellos, comen
como ellos e incluso imitan a la perfección todos los sonidos que ellos.
En la mayoría de casos se suele hablar de niños lobo, pero también
existen muchísimas más especies de animales que han “adoptado” a estos
niños, como cabras, perros, puercos salvajes y en el caso que os traigo
hoy, gallinas.
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