El apego y la personalidad
La personalidad es el resultado de la negociación entre las cualidades temperamentales o innatas del niño (sensibilidad, sociabilidad, cambios de humor,…) y las experiencias que el niño en desarrollo afronta tanto en el seno de su familia como con sus compañeros. La herencia genética tiene un profundo impacto sobre nuestro desarrollo, determinando las características innatas de nuestro sistema nervioso y el modo en que reaccionaremos con las otras personas. Por su parte, la experiencia también influye directamente en el desarrollo infantil, ya que es capaz de activar determinados genes y, en consecuencia, de modelar nuestra estructura cerebral. En este sentido, la oposición entre naturaleza y cultura es falsa porque, para el desarrollo optimo de los niños, la naturaleza (la genética) necesita de la cultura (la experiencia). De ese modo los genes y la experiencia colaboran estrechamente para llegar a modelar quienes somos.
El apego se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter
singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de
su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y
mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto
proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un
sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de
manera refleja. John Bowlby fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego ".
Psicología de la Personalidad: Los 8 tipos de Personalidad Desadaptativa.
Trastorno de personalidad paranoide
Las personas con personalidad paranoide proyectan su propio conflicto
y hostilidad hacia los otros. En general son frías y distantes.
Encuentran intenciones hostiles y malévolas detrás de actos triviales,
inocentes o incluso positivos y reaccionan con suspicacia a los cambios.
Frecuentemente, las suspicacias conducen a conductas agresivas o al
rechazo por parte de los demás (justificando así sus sentimientos
originales). Los que tienen trastorno de personalidad paranoide a intentan acciones legales contra otros, sobre
si se sienten indignados y con razón. No son capaces de ver su propio
papel dentro del conflicto. Aunque suelen trabajar en relativo
aislamiento, pueden ser eficientes y concienzudos. A veces las personas
que ya se sienten marginadas a causa de un defecto o una minusvalía
(como sordera) son más propensas a desarrollar una personalidad
paranoide.
Trastorno de personalidad esquizoide
Las personas con trastorno de personalidad esquizoide son introvertidas, ausentes y solitarias. Parecen frías y distantes. Con
están absortas en sus propios pensamientos y sentimientos y temen la
aproximación y la intimidad con otras personas. Sienten pocas reacciones
emocionales, sintiendo indiferencia tanto a la crítica cómo a los
halagos, a la vez que teniendo poco apetito sexual. Poco habladoras,
sueñan despiertas y prefieren la especulación teórica a la acción. La
fantasía es un modo frecuente de enfrentarse a la realidad.
Trastorno de personalidad esquizotípica
Las personas con una
personalidad esquizotípica, igual que aquellas con trastorno de
personalidad esquizoide, se encuentran emocional y socialmente aisladas.
También desarrollan pensamientos, percepciones y comunicaciones
extrañas, a la vez que suelen vestirse de una manera nada peculiar.
Aunque estas rarezas son parecidas a las de personas con esquizofrenia, y
aunque la personalidad esquizotípica se encuentra a veces en la gente
con esquizofrenia antes de que la desarrollen, la mayor parte de los
adultos con personalidad esquizotípica no desarrolla esquizofrenia.
Algunas personas muestran signos de pensamiento mágico (la idea de que
una acción particular puede controlar algo que no tiene ninguna relación
con esto). En su lenguaje suelen divagar bastante, usando un
pensamiento exageradamente elaborado, artificioso y algo estereotipado.
Trastorno de personalidad histriónica
Las personas con personalidad histriónica o histérica buscan llamar
la atención y se comportan de modo teatral. Su modo de ser tiene como
resultado el establecer relaciones personales con facilidad pero de modo
superficial. Las emociones a menudo son exageradas, infantiles e
ideadas para provocar simpatía o atención de los otros. Las personas con
personalidad histriónica son proclives a los comportamientos
sexualmente provocativos o a sexualizar las relaciones que no son
sexuales. Pueden no querer realmente una relación sexual; más bien, sus
comportamientos seductores frecuentemente encubren un deseo de
dependencia y .
Algunas personas de personalidad histriónica también son hipocondríacas
y exageran sus problemas físicos para llamar la atención.
Trastorno de personalidad narcisista
Las personas de personalidad narcisista tienen un sentido de
superioridad y una creencia exagerada en su propia importancia. La
persona con este tipo de trastorno de personalidad puede ser
exageradamente sensible a los fracasos, a la derrota o a la crítica y,
cuando se la enfrenta a un fracaso para comprobar la alta opinión de sí
mismos, se ponen fácilmente rabiosos o deprimidos. Como creen que son
superiores a los demás, esperan ser admirados y, con frecuencia,
sospechan que los envidian. Sienten que merecen que sus necesidades sean
satisfechas sin demora y por eso explotan a otros, cuyas necesidades
son consideradas menos importantes. Su comportamiento es a menudo
ofensivo para otros, que les encuentran arrogantes o mezquinos.
Trastorno de personalidad antisocial
Las personas con personalidad antisocial, la mayor parte de las cuales son ,
muestran insensibilidad por los derechos y sentimientos ajenos.
Explotan a otros para obtener beneficios. Característicamente, tales
personas expresan sus conflictos de un modo impulsivo e irresponsable.
Toleran mal la frustración y, a veces, son hostiles o violentos. A pesar
de los problemas o el daño que causen a otros por su comportamiento
antisocial, no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario,
racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros.
Sus relaciones están llenas de deshonestidad y de engaño. La
frustración o el castigo raramente modifican su conducta. Las personas
con personalidad antisocial tienen tendencia al alcoholismo, a la
toxicomanía, a las desviaciones sexuales, a la promiscuidad y a ser
encarceladas. Son propensas a fracasar en el trabajo y a trasladarse de
un sitio para otro. Con frecuencia tienen una historia familiar de
comportamiento antisocial o abuso. Tienen una esperanza de vida inferior
a la media, pero entre los supervivientes, esta situación tiende a
disminuir o a estabilizarse con la edad.
Trastorno de personalidad límite
Las personas con una personalidad límite, mayormente mujeres, son
inestables en la percepción de su propia imagen, en su humor, en su
comportamiento y en sus relaciones personales (a menudo tormentosas e
intensas).La personalidad límite se hace evidente al principio de la
edad adulta pero disminuye con la edad.
Estas personas han sido a menudo privadas de los cuidados necesarios
durante la niñez. Consecuentemente se sienten vacías, furiosas y
merecedoras de cuidados. Cuando las personas con una trastorno de
personalidad límite se sienten cuidadas, se muestran solitarias y
desvalidas, frecuentemente necesitando ayuda por su depresión, el abuso
de sustancias tóxicas, las alteraciones del apetito y el maltrato
recibido en el pasado. Sin embargo, cuando temen el abandono de la
persona que las cuida, su humor cambia de modo radical.
Con frecuencia muestran una cólera inapropiada e intensa, acompañada
por cambios extremos en su visión del mundo, de sí mismas y de otras
(cambiando del negro al blanco, del amor al odio o viceversa pero nunca a
una posición neutra). Si se sienten abandonadas y solas pueden llegar a
preguntarse si realmente existen (esto es, no se sienten reales).
Pueden devenir desesperadamente impulsivas, implicándose en una
promiscuidad o en un abuso de sustancias tóxicas. A veces pierden de tal
modo el contacto con la realidad que tienen episodios breves de
pensamiento psicótico, paranoia y alucinaciones.
Estas personas son vistas a menudo por los médicos de atención
primaria; tienden a visitar con frecuencia al médico por crisis
repetidas o quejas difusas pero no cumplen con las recomendaciones del
tratamiento. Este trastorno es también el más frecuentemente tratado por
los psiquiatras, porque las personas que lo presentan buscan
incesantemente a alguien.
Trastorno de personalidad evitadora
La gente con una personalidad evitadora es muy sensible al rechazo y
teme comenzar relaciones o alguna cosa nueva por la posibilidad de
rechazo o de decepción. Estas personas tienen un fuerte deseo de recibir
afecto y de ser aceptadas. Sufren mucho por su aislamiento y su falta
de habilidad para relacionarse cómodamente con los demás. Al contrario
de aquellas con una personalidad límite, las personas con un trastorno
de personalidad evitadora no responden con cólera al rechazo; en lugar
de eso, se presentan tímidas y retraídas. El trastorno de personalidad
evitadora se parece mucho a la fobia social.
Trastorno de personalidad dependiente
Las personas con una personalidad dependiente transfieren las
decisiones importantes y las responsabilidades a los demás y permiten
que las necesidades de aquellos de quienes dependen se antepongan a sus
necesidades propias. No tienen confianza en sí mismas y manifiestan una
intensa inseguridad. A menudo se quejan de que no pueden tomar
decisiones y de que no saben qué hacer o cómo hacerlo. No les gusta
expresar opiniones, aunque las tengan, porque temen ofender a la gente
que necesitan. Las personas con otros trastornos de personalidad
frecuentemente presentan aspectos de la personalidad dependiente, pero
estos signos quedan generalmente encubiertos por la predominancia del
otro trastorno de personalidad. Algunos adultos con enfermedades
crónicas desarrollan personalidades dependientes.
Trastorno de personalidad obsesivo compulsiva
Las personas de personalidad obsesivo compulsiva son formales,
confiables, ordenadas y metódicas pero a menudo no se adaptan a los
cambios. Son cautos y analizan todos los aspectos de un problema, lo que
dificulta tomar decisiones. Aunque estos signos están de acuerdo con
los estándares culturales de occidente, los individuos con un trastorno
de personalidad obsesivo compulsiva toman sus responsabilidades con
tanta seriedad que no soportan los errores y prestan tanta atención a
los detalles que no completan sus tareas. En consecuencia, estas
personas pueden entretenerse en los medios para realizar una tarea y
olvidar su objetivo. Sus responsabilidades les crean ansiedad y
raramente encuentran satisfacción en sus logros.
Estas personas son frecuentemente grandes personalidades, en especial
en las ciencias y otros campos intelectuales en donde el orden y la
atención a los detalles son fundamentales. Sin embargo, pueden sentirse
desligadas de sus sentimientos e incómodas con sus relaciones u otras
situaciones que no controlan, con lo impredecible o cuando deben confiar
en otros.
TIPOS DE PERSONALIDAD :
Isabel Accino Cano
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