Además la ceguera cortical muchas veces se acompaña de anosognosia; siendo la anosognosia la incapacidad para ser consciente de los déficits de uno mismo. Por tanto pueden ser pacientes que niegan su propia ceguera o no le dan la importancia que realmente tiene.
Junto a la anosognosia también pueden aparecer alucinaciones visuales simples o elaboradas que remplacen la falta de percepción del sujeto y protejan la negación de la ceguera
Cuando aparece junto con anosognosia y alucinaciones se llama Síndrome de Anton.
El pronóstico es pesimista cuando la pérdida de visión es total (sin percepción de luz) y especialmente cuando la lesión que la provoca es bilateral (afecta a ambos hemisferios cerebrales). La mejora de producirse comienza con la visión de luz, luego de movimiento y colores y finalmente de formas.
La ceguera cortical se manifiesta con los síntomas siguientes:
- pérdida repentina de la visión por lo general en ambos ojos, el paciente no ve nada;
- a veces pueden aparecer alucinaciones visuales;
- por sorprendente que pueda parecer, el paciente puede no ser consciente de que no ve nada: se habla de anosognosia visual;
- los ojos son estrictamente normales, no están rojos ni son dolorosos;
- las pupilas continúan siendo reactivas normalmente a la luz, contrayéndose frente a una fuente de luz y dilatándose en la oscuridad.
Sara Rodríguez Roudani y Alba Tadeo Sánchez
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