La memoria humana es una facultad cerebral gracias a la cual conservamos y almacenamos información y experiencias pasadas. La memoria humana tiene tres fases, la codificación de la información, su almacenaje y su posterior recuperación. Una vez almacenamos la información se produce una progresiva pérdida de datos si el cerebro no recibe los estímulos adecuados para conservarlos recuerdos.
- Memoria sensorial: obedece a la información que, a través de los sentidos, llega de manera constante al cerebro y permanece activa por pocos segundos, a menos que, de manera consciente, se transfiera a un sistema de almacenamiento más duradero. Sería impensable que toda la información y los estímulos del ambiente permanecieran por lapsos prolongados en nuestro cerebro. Así, la voz de un vendedor de periódicos o le sonido del avión que pasa, o la imagen de una señora que empuja el coche de su bebé son ejemplos de información que pasa fugazmente por nuestro cerebro y no permanece en él, a menos que demos la orden de que así sea.
- Memoria a corto plazo: su permanencia en el cerebro no resulta tan breve como la anterior, pero de igual manera requiere se transferida a instancias de mayor duración, para poder ser evocada a futuro. Por ejemplo, cuando un amigo le proporciona el número telefónico de alguien con quien necesita comunicarse inmediatamente, usted lo retiene en su memoria a corto plazo, hace la llamada y soluciona el asunto. Cinco minutos más tarde quizá no lo recuerde.
- Memoria a largo plazo: la información que llega al instalarse en este banco de la memoria tuvo que ser previamente organizada y estructurada. De otra manera, almacenar información sin sentido no sería posible y, en consecuencia, su evocación no se produciría.
Según la forma en la que se asimile la información, la memoria puede ser:
- Memoria significativa: es aquella que involucra la organización y comprensión de la información que se desea recordar. Busca establecer conexiones y relaciones lógicas entre conceptos e ideas.
- Memoria mecánica: hace alusión a la asimilación de información de forma automática, con miras a reproducirla en circunstancias específicas. Es el tipo de memoria que se ha usado tradicionalmente en la escuela, que lleva al estudiante a la repetición literal de contenidos sin que medie la reflexión o el análisis de información. Aunque bastante criticada, resulta útil en circunstancias específicas.
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