El aprendizaje vicario es un paradigma de aprendizaje desarrollado de manera formal por el psicólogo Albert Bandura.
La imitación es una conducta conocida desde que se tiene registros
históricos, e inclusive ha sido observada en animales, siendo un aspecto
sofisticado de su inteligencia.
Es un modelo muy evolucionado del conductismo, (teoría trataba a todos los seres vivos como si fueran máquinas), destacando la posibilidad de aprender mediante la observación de modelos, sin practicar el ejercicio.
Esta teoría es contraria a la skinneriana, pues se pensaba que el aprendizaje va ligado al refuerzo, es decir a la práctica. No existe una teoría que explique la complejidad del aprendizaje, es decir, convivir con la familia, en una cultura distinta, país distinto o cualquier factor que influya en nuestra conducta.
Para el aprendizaje vicario, el refuerzo se basa en procesos cognitivos de sujeto, es decir, la imitación al modelo, como fue mencionado anteriormente. Un ejemplo podría ser el experimento del muñeco bobo, realizado por el doctor Alber Bandura.
El experimento consistía en la demostración empírica de la teoría del aprendizaje social de Bandura, es decir, que también pueden aprender al ver a alguien ser recompensado o
castigado (aprendizaje por observación). Estos experimentos son
importantes, ya que provocó muchos más estudios sobre los efectos del
aprendizaje por observación y tienen implicaciones prácticas, por
ejemplo, cómo los niños pueden ser influenciados ver medios violentos.
En el desarrollo del experimento se utilizaron a 36 niños y 36 niñas de entre 37 y 69 meses, que se subdividieron en 3 grupos de 24, con 12 niños y 12 niñas en cada uno de ellos.
El primer grupo presenció una violenta escena contra el muñeco bobo, que era sometido a brutales palizas y golpes con los objetos de la sala.
El segundo grupo presenció una inocente escena de juegos con los diferentes juguetes que había en la sala.
El tercer grupo no presenció nada, era un grupo de control.
Más tarde se llevó individualmente a cada uno de los niños a la habitacion que habían estado viendo, y entonces se pudo apreciar cómo los niños del primer grupo fueron directamente a atacar violentamente al muñeco bobo, tal y cómo habían presenciado anteriormente. Los niños de los otros dos grupos se limitaron a jugar con los objetos que había en la sala.
El resultado del experimento respalda que los niños expuestos a modelos agresivos tienden a actuar según el modelo observado, es decir, un aprendizaje por imitación o apredizaje vicario.
Experimento del muñeco bobo
Trabajo realizado por Javier Jiménez y Samuel Aranda
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