lunes, 26 de mayo de 2014

Jane Elliot

AUTOR: JANE ELLIOTT


         Jane Elliott nació el 27 de mayo de 1933 en Riceville, Iowa (EE.UU.). Es una ex maestra de escuela estadounidense, reconocida como una activista contra el racismo y una educadora.
 Es también conocida por ser una feminista y activista . Jane Elliott creó el famoso ejercicio "blue-eyed / brown-eyed", primero realizado con escolares de tercer grado en la década de 1960, que más tarde se convirtió en la base para su carrera en el entrenamiento de la diversidad. 
El ejercicio se llevó a cabo el día después del asesinato de Martin Luther King Jr. El objetivo del ejercicio era tratar de enseñar a sus estudiantes los efectos de ser una minoría. 
Su ejercicio y la controversia posterior se convirtió en la base para los documentales de televisión Ojo de la Tormenta (1971) y A Class Divided (1985). 
Jane Elliott también fue galardonada con el Premio de la Asociación Nacional de Salud Mental para la Excelencia en la Educación, entre muchos otros premios.


                        EXPERIMENTO: “UNA CLASE DIVIDIDA”

La discriminación racial es considerada como algo natural por muchos grupos sociales; lo que este experimento demuestra es que su arbitrariedad es objetiva, es decir, cualquier diferencia entre seres humanos podría ser utilizada para discriminar con sus nefastas consecuencias. El creerse miembro del grupo de  los superiores ayuda al “éxito”, mientras que los que son ubicados en el de los inferiores están encaminados al “fracaso”.
El experimento que presenta Jane Elliot trata sobre la intolerancia. En 1968 la maestra de Primaria, Jane Elliot decidió llevar a cabo un ejercicio pedagógico con sus alumnas y alumnos, a raíz de la muerte de Martin Luther King. Se trataba de un experimento basado en la categorización social y su objetivo era concienciar al alumnado de los efectos de la discriminación, tanto en quien la ejerce como en quien la padece, con el fin de prevenir el racismo.
Tal experimentó se llamó “Blue eyes, brown eyes-experiment” y duró sólo unos días y consistió en separar a los alumnos y alumnas en función del color de los ojos.
De manera que el grupo de ojos claros escuchaba cómo ellos y ellas eran mejores sólo por el color de los ojos, más listos y buenos. Su comportamiento era alabado y recibían diversos privilegios: tenían derecho a ir al recreo, podían repetir la comida.
Mientras que los alumnos de la clase con ojos oscuros recibían un trato discriminatorio. Les diría que son más lentos, menos inteligentes y más torpes, por lo que no podrán disfrutar de los privilegios de los primeros. Además a cada niña y niño de la clase con ojos marrones se le hizo ponerse un pañuelo en el cuello que servía para identificarles rápidamente como el grupo discriminado.
Esta separación en el aula rápidamente obtuvo consecuencias y empezaron las peleas entre ambos grupos y las discusiones en clase. Así, amigos de toda la vida se veían ahora enfrentados simplemente por el hecho de que les habían dicho que eran diferentes.


Al día siguiente, la profesora invirtió los papeles y los niños de ojos marrones pasaron a ser los superiores, es decir, los que recibieron un trato preferente. Lo curioso es que en ese momento este grupo realizó las tareas y los ejercicios de clase bastante más rápido que lo habían hecho el día anterior y mucho más rápido que el grupo de los ojos azules. Cada grupo había adoptado perfectamente el rol de dominantes y subordinados con los correspondientes estados de ánimo de alegría y tristeza en cada uno de ellos. Al finalizar este ejercicio, la profesora les explicó que se trataba de un ejercicio para que se dieran cuenta de cómo actúan los racistas en su país y que si no les parecía justo sentirse discriminados por el color de sus ojos, tampoco es justo perpetuar los prejuicios sociales basados en categorías como el color de la piel.
En definitiva, lo que consiguió Jane Elliott con este experimento es analizar más tarde con toda la clase cómo se habían sentido, cómo el trato diferenciado influía en su autoestima y cómo pensaban que esta misma situación podía influir en el desarrollo de las personas que se veían discriminadas por cuestiones de raza o etnia.
Más tarde, realizó este mismo experimento con varias clases de escolares y diferentes colectivos de adultos, entre ellos funcionarios de una prisión de máxima seguridad de Nueva York y obtuvo resultados sorprendentemente similares a los de los alumnos.
Este experimento se puede ver en el documental de “A class divided” de William Peters (1985) donde enseña el reencuentro de los ex-alumnos quince años después del experimento con su maestra Jane Elliott en su antigua escuela de Riceville (Iowa) y les muestra las imágenes del experimento. Los antiguos alumnos afirmaron que este experimento pedagógico sobre la discriminación les había ayudado mucho como personas en sus vidas.

Así, Jane Elliott consigue que nos hagamos una profunda reflexión sobre la igualdad entre las personas. Este tipo de experimentos nos ayuda a saber cómo y por qué se produce la discriminación y se justifica la intolerancia entre grupos sociales. Hay que tener en cuenta, como dice la propia maestra Jane Elliott, que se trata de un experimento muy controvertido y puede resultar peligroso llevarlo a cabo si no se tienen los conocimientos necesarios para hacerlo.

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